En
época de Juan Vicente Gómez, acostumbraban que los presos políticos, los sacaran
asfaltar las calles y hacer las carreteras, de pueblos y Ciudades.
Los pobres hombres con un grillete acuesta.
Realizaban trabajos forzados, muchos quedaban muertos y los enterraban en las
mismas calles ó carreteras, donde se encontraban trabajando, los que corrían
con mejor suerte llegaban a sus hogares locos y convertidos en despojos
humanos.Juan
Manuel, era un joven estudiante de medicina, que fue tomado preso, en una
manifestación que realizaron los estudiantes en Caracas, frente a la
Universidad.Donde
reclamaban Paz, igualdad y justicia social.El
muchacho era oriundo del estado Táchira y fue llevado preso al estado Bolívar,
donde permaneció durante catorce años sin poder comunicarse con sus padres, ni
que estos supieran más de él.
Murió, a los 43 años, producto del
grado de desnutrición y de la enfermedad del paludismo, el pobre muchacho
vomitaba la sangre y mantenía una constante diarrea y fiebre que no se le
quitaba con nada.Por
más ayuda que le dieron sus compañeros, murió cuando lo trasladaban a realizar
sus tareas diarias.En
la calle que sube a la catedral de Ciudad Bolívar. Pero hay, no termino el
calvario de Juan Manuel El joven tachirense, ya que cada noche de luna llena,
lo ven pasar, con su grillo arrastrándolo por toda la calle y desapareciéndose en el lugar
que se encuentra su cadáver.
Pidiéndole a cuanta persona se
encuentre en su largo peregrinar que lo ayuden, pero las gentes cuando ven esto
se privan, otros corren y muchos ni por hay pasan, para no tropezarse con el.
Mientras tanto Juan Manuel sigue vagando En espera de una alma caritativa que
lo lleven a tierra santa, para que le den cristiana sepultura y poder descansar
en paz.
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